¿Qué pasó?¿Cómo y cuándo llegó?
Me he preguntado tantas cosas,incluso queriendo estar en su cabeza mil y una vez. Intentando comprenderlo, poniéndome en su piel pero es tan difícil. Un día de repente… ¿Qué pasó?¿Cómo y cuándo llegó?
Sin saber si era una rigidez o causada por problemas sensoriales.
Empiezo por el principio
Siempre disfruto del baño; antes de la llegada de su hermano;nos bañabamos juntos (era mas comodo para mí), pero el disfrutaba mucho de nuestros ratos en la bañera.
Tiraba agua con su taza hacia arriba ( simulando lluvia).
Otros de nuestros juegos después de enjabonar el cuerpo era hacer mucha espuma con la esponja y él con el vaso lo recogía y volvía a tirar hacia arriba.
Lo cual para que no se resbalará puse una alfombra de bañera antideslizante para que no se resbalará con tanto juego.
Entonces yo me salía me secaba y vestía y él se quedaba dentro jugando con el agua, e incluso sumergiendo su cabeza en el agua.
Yo disfrutaba viendo jugar y divertirse, es una manía mía ver a mis hijos disfrutar jajaja.
Cambios
Entonces nació Marco, y esos ratos de baños me eran casi imposibles, ¿por qué?, no podía dejar al pequeño solo mientras Leo y yo nos bañamos, ya que el papa llegaba muy tarde de trabajar.
Ese rato solo pudimos seguir haciendolos los fines de semana que a veces se bañaba con papá y le encanta igualmente.
Aunque se bañaba solo sin nosotros dentro, jugaba igual que siempre, e incluso para compensar lo dejaba más rato para no romper ese rato de juego.
Nuevo cambio
Cuando su hermano tenia 6 meses, con un adaptador para sentarlo (con ventosas), lo incorporé a la hora del baño, para que disfrutará junto a Leo de sus juegos.
La verdad una vez más por comodidad.
Entonces tuve que retirar la alfombra antideslizante para poder poner las ventosas del asiento de Marco, y lo puse solo en la parte donde estaba Leo, aunque estaba incómodo y como era más mayor (5 años) retire la alfombra.
Dias duros
Marco era muy pequeño, y a veces lloraba en la mitad del baño, esto a Leo no le gustaba nada y lloraba. Sabiendo eso lo sacaba lo más pronto posible a Marco, intentando calmarlo para que dejara de llorar.
Y mientras Leo se calmaba poco a poco, seguía disfrutando de su baño.
Pero un día empezó a llorar que no quería bañarse, y la expresion de su cara era de miedo, se tapaba la cara, como asustado, y entonces yo lo terminaba el baño la más rapido posible con dos hijos.
Piscina
Creo que esto también tuvo que ver un poco, ya que cuando terminaba de su sesión de piscina.
Pasamos a las duchas donde se tiene que poner las zapatillas (por higiene), y bañaba rápido porque hacia más frío, sobre todo en invierno.
Más cambios
Vendimos nuestra casa, y mientras buscamos nueva casa,lo cual se demoró 4 meses, estábamos en casa de abuela paterna para dormir y durante el día en casa de la abuela materna.
Ya que yo estaba ocupada buscando nueva casa y todo lo que esto supone de visitas al banco y todo eso.
Decir que esto ocurrió en verano donde también hay muchísimos cambios, como vacaciones de cole, calor, nuevas rutinas.
No quiere
Por la tarde-noche salíamos al parque todas las tardes de verano, paseamos y disfrutamos de las vacaciones sin cole y en casa de los abuelos, y la hora del baño se hacía cada vez más difícil.
Cómo tenía ayuda de mis padres bañaba primero a Marco y después a Leo, para que no se pusiera nervioso ya que de por sí ya no quería bañarse.
Solo el echo de quitarse la ropa ya se ponía muy nervioso y lloraba.
Pero claro bañarse hay que bañarse, así que yo me machacaba la cabeza en intentar saber porque no le gustaba de repente la ducha.
Un día
Un día después de venir de la playa, por cierto; la playa le encanta y se lo pasa muy bien tirando arena al agua de la playa; llega la hora del baño, ¿y qué pasa? lo adivináis, efectivamente que no quiere momento ducha.
Cuál fué mi sorpresa, que cuando iba a meterlo en la ducha, él me pide las zapatillas de la playa, que son las mismas que las de la piscina.
Dejo que él lleve sus zapatillas y noto que aunque no quiere bañarse está más tranquilo.
En definitiva, cada vez que tocaba momento ducha, pedía las zapatillas muy nervioso.
Yo siempre le dejaba llevar las zapatillas y lo bañaba lo más rápido posible porque veía que sufría con el momento.
Una punzadita más
Para mí era chocante que un momento de disfrute pase a ser la cosa más horrible que él tenía en el día.
Y esto como madre me causaba dolor y desesperación, sobre todo, porque se que esto ha sido provocado por algo que yo no podía descifrar.
Pensé,que podría ser por los cambios importantes que ha sufrido, pero no me cuadraba ya que por ejemplo: al incorporar a Marco en el baño a él en un principio no le pareció mal e incluso pobre mío (Marco).
Leo le echaba agua en la cabeza , y yo le tenía que decir con mucho tacto que eso no se hacía.
El cambio de casa tampoco en principio le afectó ( no aparentemente pero eso nos afectó a todos ).
Porque en la casa de los abuelos le encanta estar y nunca hubo por su parte nada extraño que me hiciese dar cuenta que no le gustaba.
Así que, no tenia ni idea que había desencadenado esta conducta que no podía estar sin sus zapatillas a la hora del baño y de todas maneras no le gustaba.
Nueva casa
El mes de noviembre ya estabamos en la casa nueva, donde tengo que decir que le encanta una barbaridad, porque tuvo una sorpresa enorme, y disfruta mucho de la nueva casa.
Pensando que una vez establecida la nueva rutina, iba a desaparecer poco a poco esa rigidez, pues no!, necesitaba sus zapatillas.
Tirando del hilo
Después de tener la nueva rutina establecida en la nueva casa, decidí que tenía que ir reduciendo rigideces para la hora del baño.
Y una de las cosas que hice, fue no coger sus zapatillas sino unas mías, donde tenía que meter el dedo, cosa que sé que no le gusta.
Le dije que sus zapatillas no estaban, solo estaban estas otras zapatillas, pues sorprendentemente le dio igual se las puso.
Entonces me plantee lo siguiente: tendría esas zapatillas mías dentro de la bañera (en el borde), y explicandole que si quería las zapatillas tenía que meterse dentro y luego ponerlas.
El primer día no le gusto, pero cedió.
Supo que le daba las zapatillas una vez dentro y que para salir tenía que dejarlas en el mismo sitio, ( esta situación lo hacía con intranquilidad).
Llego el día
Ayer, llego la hora del baño, y cuando entro cogí la taza con la que hace lluvia y le eche agua, y algo sucedió pero me dió una sorpresa.
Empezó a jugar ¡sin pedir las zapatillas!, se le olvido.
Lo deje sin decir nada, y bañe a su hermano primero ( cosa que no es lo habitual, siempre es él ya que no le gusta).
Lo deje solo en la bañera jugando, incluso me dio tiempo a vestir al hermano y él jugaba como antes tirando el agua hacia arriba y yo le animaba a seguir.
Su cara lo decía todo estaba disfrutando del baño.
En el momento de ponerle el champú, me pidió las ¡zapatillas!.
Y como si no lo fuese escuchado le animaba a seguir jugando con el agua y empezó otra vez con el juego.
Termino la ducha feliz, y yo tengo que decir que me sentí más feliz todavía.
Conclusión
No se como va a ser el siguiente baño, pero veo esperanza en que la hora del baño que no sea una tortura para él y verlo disfrutar otra vez con este momento.
Así que ¿Qué pasó?¿Cómo y cuándo llegó?, me da igual mientras siga disfrutando y no le cause ninguna molestia.
Con eso soy feliz, viéndolos felices.
Perder poco a poco esa rigidez que nos fastidia nuestro día a día y sobre todo la felicidad de mi hijo.
Y que esto de repente, se que en el olvido y no vuelva.
Dejo otro enlace a otro post seguro te interesa. La familia en la intervención del autismo.
Hasta aquí, me despido hasta el próximo post.
¡Muchas gracias por pasar. Espero que os sirva y no dudéis en dejarme vuestro comentario!